Cocinar me cambió la vida. No solo porque me dio un oficio, sino porque me dio una forma de mirar el mundo, de ayudar a otros y de construir posibilidades. En estos años de recorrer escuelas, talleres, cocinas populares y emprendimientos gastronómicos, confirmé algo que siempre intuí: cocinar bien no es un don, es un aprendizaje. Por eso escribí esta colección de libros. No para decorar bibliotecas, sino para estar al lado del fuego, arriba de la mesada, entre el cuaderno de costos y el del delivery. Está pensada para quienes cocinan con pasión, pero quieren sumar método, técnica y herramientas reales.